¿Por qué lo llaman controlar cuando quieren decir reprimir?

Estos últimos días me ha dado por pensar sobre las emociones. Cómo controlar nuestro bicho interior y evitar que nos domine.

Ayer tuve una conversación que trató si debíamos lanzarnos contra el muro. Es una manera figurada de decir de lanzarnos o actuar para realizar algo que queremos hacer pero nos da miedo. El miedo o la inseguridad están contigo mirando ese muro. Si tenemos un sueño o una fantasía, ¿no sería mejor ostiarnos contra ese muro para probar si la cumplimos? El conseguir una meta o sueño es lo más grande que hay y sin embargo preferimos muchas veces meternos en una especie de burbuja para que el exterior no nos haga daño y evitar cualquier muro.

Comentábamos que cada uno siente las emociones de distinta manera y que cada uno controla ese impulso de lanzarse contra el muro de distinta manera siendo lo más común evitarlo. ¿Por qué? Por el daño del después, por no poder afrontar el rechazo, el fracaso... Y nos quedamos tan anchos diciendo que hemos controlado la emoción si evitamos el muro. No. Lo que has hecho es reprimirla para no sentir la posible parte negativa.

Muchas veces nos falta madurez emocional para afrontar las circunstancias de la vida. Deberíamos ser capaces de gozar de la vida pudiendo hacer todo lo que quisiéramos sin tener que encontrarnos con ese tipo de barreras, pero las hay y siempre las habrá. El muro es de hormigón porque nosotros queremos que así sea, o de papel. Todo depende de nuestra madurez emocional. Quiero decir, que lo que vayamos a sufrir depende de nosotros mismos. Si es de hormigón es porque nos cuesta muchísimo recuperarnos de un rechazo o de papel si acto seguido lo hemos asimilado y aceptado.

Soy yo mi primer enemigo a batir a la hora de gozar de la vida y poder ser libre de hacer lo que me venga en gana. Y de mi boca no saldrá la palabra fácil, pero tampoco la palabra imposible. Sí la teoría nos la sabemos todos, ¿por qué no la practicamos?